Ya sea que vengas al estudio o que te la enviemos por mensajería, el packaging también forma parte de la experiencia.
Cuando tu escultura está lista, lo primero que hacemos es envolverla cuidadosamente en papel burbuja, para protegerla de cualquier golpe inesperado. Pero ojo, eso no significa que sea a prueba de todo —¡hay que tratarlas con cariño!
Después, llega el toque más nuestro: el yute. Lo envolvemos de forma artesanal, adaptándolo a la forma de tu escultura. Cada paquete es distinto. Cerramos con un lazo de yute, simple pero especial, como esas cosas que no necesitan mucho para impresionar.
Dentro del envoltorio encontrarás el certificado de autenticidad con una foto de tu escultura. En su reverso encontrarás un código QR que te lleva directo a una guía con los cuidados que recomendamos para que tu obra se conserve de la mejor manera con el paso del tiempo.
Si vienes a recogerla al estudio, la entregamos en una de nuestras bolsas (tenemos dos tamaños). Pero si tu escultura es muy grande, preferimos entregarla solo con su presentación natural (envuelta en yute) para evitar forzarla.
En los envíos, colocamos la escultura en una caja de cartón reforzada con soportes internos y más protección. Así nos aseguramos que viaje segura y llegue tan impecable como salió de nuestras manos.
Te invitamos a visitar nuestro apartado de preguntas frecuentes, puede que ya hayamos respondido justo lo que estás pensando.
Y si ya tienes una idea en mente…
Haz tu pedido hoy mismo y convierte tus recuerdos en una escultura única.
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